¿Qué diría frente a esta pandemia Heráclito?
Seguramente: “El sol es nuevo cada día”. El poeta persa Rumi acotaría: “Esto
también pasará”. “El pánico es más contagioso que la peste y se comunica en un
instante”, señalaría Nikolái Gógol. Marguerite Yourcenar clamaría: “No puede
construirse una felicidad sino sobre los cimientos de una desesperación”.
“He examinado los maravillosos inventos del
hombre; y le aseguro que en las artes de vivir no ha inventado nada, pero que
en las artes de matar supera a la Naturaleza y produce con la química y la
maquinaria todas las matanzas de las plagas, de la peste y del hambre”, escribió
George Bernard Shaw. William Blake dijo: “Aquel que desea pero no obra,
engendra la peste”. Avicena en el siglo XI ya advertía: “La imaginación es la
mitad de la enfermedad, la tranquilidad la mitad del remedio y la paciencia la
mitad de la cura”.
Últimamente circula una frase atribuida a
otro escritor –con una pintura de El fumador del artista británico Cristopher
Thomsen- que dice: “Lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos, sino que
desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso”. Lo que sí dijo Albert
Camus en el libro La Peste fue: “Hay los que tienen miedo y los que no lo
tienen. Pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de
tenerlo” y por eso en los inicios de la novela –ahora nuevamente leída- señala:
“El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella,
cómo se ama y cómo se muere”; por eso sentenció: “El único medio de hacer que
las gentes estén unas con otras es mandarles la peste”.
Otro libro que muestra el egoísmo es Ensayo
sobre la ceguera de José Saramago: “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que
estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”. Hoy es el Día
Internacional del Libro y para eso sirven para cuestionarnos lo que somos, para
después de leer sus laboriosas páginas ya no ser los mismos. (O)
No hay comentarios:
Publicar un comentario