Una tarde en Ayacucho hallé un graffiti:
“La única iglesia que ilumina, es la que arde”. Porque, hay que decirlo, además
de la espada, la cruz y las cadenas –como sugiere Olmedo, en su largo poema-
también llegó la palabra de Cervantes en carabela. Aquella del refranero de
Sancho Panza y de los libros de caballería que leyó Alonso Quijano; de la
sangrienta luna de Quevedo.
Por medio de la palabra, también de las
leyes, se construyó otro sentido. Ángel Rama, en su libro La ciudad letrada, dice que los conquistadores españoles impusieron
un tipo de orden en las ciudades, bajo su esquema: “Desde la remodelación de
Tenochtitlan, luego de su destrucción por Hernán Cortés en 1521, hasta la
inauguración en 1960 del más fabuloso sueño de urbe que han sido capaz los
americanos, la Brasilia de Costa y de Oscar Niemeyer, la ciudad latinoamericana
ha venido siendo básicamente un parto de la inteligencia, pues quedó inscrita
en un ciclo de la cultura universal en que la ciudad pasó a ser el sueño de un
orden y encontró en las tierras del Nuevo Continente, el único sitio propicio
para encarnar”.
Hace referencia que los propios
conquistadores pasaron de las ciudades medievales en que habían crecido a otros
modelos, hasta que se halló con la ciudad barroca. De hecho, el primer graffiti
–la palabra viene de grafito- que se tenga noticia fue propiciado por Hernán
Cortés en una disputa por el reparto del oro, tras la derrota de Tenochtitlan,
en 1521. Su cronista, Bernal Díaz del Castillo hace referencia a este hecho en
su libro La verdadera historia de la
conquista de la Nueva España:
“Y como Cortés estaba en Coyoacán y posaba
en unos palacios que tenían blanqueadas y encaladas las paredes, donde
buenamente se podía escribir en ellas con carbones y otras tintas, amanecían
cada mañana escritos muchos motes, algunos en prosa y otros en metro, algo
maliciosos (...) y aún decían palabras que no son para poner en esta relación”.
Tras el debate encarnizado, Cortés lo cerró
con el primer graffiti que se tenga referencia: “Pared blanca, pared de
necios”.