viernes, 17 de julio de 2020

Batalla de Ibarra


  Publicación en el Diario El Norte








Puede descargar dos documentos: Ensayo y libro
 Ensayo El Libertador enfrenta al realista Agualongo








2013 Libro Batalla de Ibarra






Melvin Hoyos al Premio Espejo, 2020/07/16


Cuando en 1992 Melvin Hoyos Galarza ingresó al sótano de la Biblioteca Municipal de Guayaquil –donde en invierno el agua llegaba a 40 centímetros desde el suelo anegando los archivos históricos- lo recibieron más de un centenar de murciélagos, como si se tratara de la cueva de Ciudad Gótica y sus guasones en estampida. Esa fue su primera impresión. En medio del olor a humedad, atisbo a mirar una carpeta de raso rojo mordisqueada por las ratas en sus bordes. Constató que se trataba de la partitura original del Himno Nacional del Ecuador, escrito de puño y letra por el músico francés Antonio Neumane.

A sus 36 años, había que dejar la desidia –por ser amable- de la anterior administración pseudo populista. La tarea contra la desmemoria fue ardua. A lo largo de estas décadas de administración socialcristiana Hoyos –el director de Cultura porteño quien es arquitecto e historiador- logró crear políticas culturales sin precedentes.

1.780.000 libros reposan ahora en las estanterías del edificio, cercano al parque donde pasean las iguanas (600.000 obras permanecen en aireados repositorios), junto con un plan editorial de más de 300 títulos que van desde textos para la juventud guayaquileña hasta libros memorables de fotografías de esa urbe de antaño con olor a ría. Su labor ha sido encomiable: reinauguración del Museo Municipal, Museo Itinerante, rediseño del Museo del Comité Olímpico Ecuatoriano, apoyo a la gestión cultural como festivales de toda índole, cómics, sin olvidar el pasado de los Manteño-Huancavilca, porque los orígenes son la mejor brújula.

Hoyos confiesa seguir los preceptos libertarios de los héroes independentistas, bajo la mirada de Olmedo. Ahora, su nombre está postulado al prestigioso reconocimiento nacional Eugenio Espejo, otro bibliotecario quien germinó con sus ideas lo que sería la República. Largos años han pasado desde que Hoyos expulsó a los murciélagos, que ahora revolotean por otros lares. La gratitud es la memoria del corazón, escribió Lao Tsé. (O)

sábado, 11 de julio de 2020

La avioneta Cherokee y el diablo, 2020/07/09




Ni el vuelo 571 en un Fairchild Hiller FH-227 perteneciente a la Fuerza Aérea Uruguaya, que llevaba en 1972 al equipo de rugby del Old Christians –que después inspiraría la saga de los sobrevivientes de 72 días en los Andes- tuvo tanto impacto en nuestro país como el desplome en el desierto peruano de la avioneta tipo Piper PA-32 Cherokee Six, de propiedad de Alfredo Adum Ziadé. Había un detalle: llevaba a los ahora desmemoriados Daniel Salcedo Bonilla y la modelo Jocelyn Mieles, mientras el hijo del pastor huía de la justicia.

En el primer accidente, hasta que el arriero Sergio Hilario Catalán encontró a dos supervivientes, los ilesos –ante la situación extrema- habían decidido comerse a sus compañeros antes de morir de inanición (práctica conocida como antropofagia). El segundo caso, en la terminología policial, develó supuestas implicaciones en la compra de fundas para cadáveres, en plena pandemia en el hospital Ceibos, a un precio de $ 148,50 cuando el costo real es de 12 (práctica, de ser probada, une peculado y fraude procesal).

Salcedo, quien prestó su casa en Miami a Dalo Bucaram y sus allegados dicen que le tentó el diablo, sobrevivió al choque de la avioneta, pero entre sus papeles encontraron su carné de discapacidad con el 41% (su hermano Noe, con nombre bíblico, tiene 42%), lo que –atando cabos- llevó a una vergüenza más para el país: políticos, jueces, jugadores de fútbol (algunos presumen sus cuerpos en redes) fraudulentamente juran ser discapacitados para hacerse con autos de lujo.

El obispo Beltram, disponible en YouTube, pide la renuncia de los implicados. Citando a Isaías 59.3 clama indignado: “Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios hablan mentira, vuestra lengua murmura maldad”. Hay que parafrasear a Ernesto Cardenal: Escucha mis palabras oh Señor / Escucha mi protesta / porque no eres tú un Dios amigo de los ladrones…/ que no disfruten de sus autos de alta gama hasta el día de la Bestia. (O)





sábado, 4 de julio de 2020

Libro Amazonia Mitologías del Ecuador




Amazonia Mitologias del Ecuador


2013 Libro Fiesta del Solsticio




Puede descargar el libro Fiesta del Solsticio Imbabura





Entrevista Provicialización de Imbabura, su historia,2020/06/24




Carta al país de los volcanes, 2020/07/02



Ustedes tienen un país y yo el mío. El suyo es un enmarañado nudo político que el tiempo intenta desatar, el mío es una cadena de cumbres y montañas que se elevan, reverentes y majestuosas, hasta el cielo azul, escribía el poeta libanés Khalil Gibran. Clamaba: el suyo es un ardid de zorro que combate con la hiena, y una artimaña de la hiena que combate con el lobo… el mío es la juventud escalando rocosas cumbres, vadeando arroyos, errando por los campos…

Un abismo nos separa mientras gritan, con las manos esposadas, ¡Viva la Patria! Su país es una incautada pistola Magnum Desert Eagle con 58 balas de otros calibres y dudosos insumos hospitalarios, el mío tiene a la profesora de Playas Catalina Espinoza viajando en su bicicleta y una pizarra a la espalda para enseñar a los niños que no tienen internet.

Su país son documentos falsificados de discapacidad para comprar lujosos autos, el mío es la enfermera Fátima Sandoval Churuchumbi, de la comunidad de Angochagua, ayudando en primera línea a sus hermanos de Otavalo. Su país es la iglesia cristiana de papi que recauda diezmos mientras sus hijos venden fundas para cadáveres en 148,50 dólares cuando en verdad valen 12, el mío es el de Marcelo Paredes quien, después de ser despedido por el Café de la Vaca con 400 dólares y 22 años de servicio, creó Mikuna en su barrio de Atucucho.


Su país es el recuerdo del oro ávido de los conquistadores, el mío aquel del milenario cultivo del maíz y sus mujeres que danzan frente a los dioses tutelares de volcanes en las fiestas del solsticio. El de ustedes, como logro social y blanqueamiento, es un departamento en Miami y jacuzzi con dinero robado a los difuntos, el mío es Emerson Obando, quien devela la escondida laguna del Cubilche. Mi país siempre será perdurable, el suyo es una mentira que se desvanecerá como las arenas del desierto. Adoum, el poeta, cantó: “Ecuatorial, ecuatorial, ¿recuerdas / tu sudor, el pie perdido / en la noche resbalosa de la víbora?” (O)

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/15/carta-pais-volcanes


Imbabura, tierra de los caranquis, 2020/06/25

La provincia de Imbabura fue creada por el Congreso de la Gran Colombia el 25 de junio, hace 196 años, en un momento crucial de la vida del continente. El hecho ocurrió en Bogotá, en 1824 (seis años antes de la configuración de Ecuador y un año después de la Batalla de Ibarra, que cerró el ciclo independentista).

Los límites se establecieron desde el actual puente de Rumichaca hasta Guayllabamba, incluido Cayambe y un hecho –propio de la mentalidad geopolítica de Simón Bolívar- a destacar: también era parte El Pailón, que no es otro que el actual puerto de San Lorenzo. Ibarra fue fundada como puerto de tierra en 1606 para ser el enlace entre el comercio del eje Bogotá-Popayán-Quito, primero por la dificultad de llegar a Guayaquil por parte de los textileros quiteños y otro más de peso: la búsqueda de un puerto propio. Cosa que lo entendieron claramente los regionalistas y lograron parar la construcción de la carretera Ibarra-San Lorenzo nada más ni nada menos que 400 años. Aún hay otro reto: faltan 50 kilómetros para llegar a la Amazonía.

Sin embargo, con esa mentalidad occidental que tenemos, solemos pensar que con la creación rubricada de una región comienza su historia. Imbabura es heredera del pasado Caranqui, el poderoso señorío étnico cuyos límites precisamente eran desde el Valle del Chota hasta Guayllabamba. Constructores de 5.000 tolas y señores del maíz, tuvieron influencia en los quitus, según recientes investigaciones de Galo Ramón Valarezo.

Los caranquis, como muchos de los pueblos de nuestro actual país antes de la llegada de incas y castellanos, dominaron los pisos ecológicos –conocido como microverticalidad- e hicieron de la reciprocidad y el intercambio su forma de vida. Por eso, a juicio de Santiago Ontaneda Luciano, nunca crearon un imperio a diferencia de los invasores dispuestos a las guerras y al exterminio, sea a nombre del sol o de los cristos sangrantes, a diferencia de los montes tutelares de los caranquis. (O)



https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/15/imbabura-caranquis