domingo, 24 de marzo de 2024

Joselo: Trueque en Pimanpiro








Antes del alba, Joselo y su familia viajan desde su tierra de papas, cerca a Ipiales (Nariño, Colombia) sobre los 3000 m.s.n.m., hacia Pimampiro (Imbabura, Ecuador, 2.165 m.s.n.m.) para llegar al trueque, una práctica milenaria entre caranquis y pastos, que se celebra ahora días antes del Domingo de Ramos, donde se prepara la fanesca de 12 granos.

En el “cambeo”, como también se llama y que ha sido declarado como patrimonio cultural inmaterial de Ecuador, confluyen varias etnia. No hay moneda que sirva, así algunas decenas de papas de Joselo han sido cambiadas por un racimo de plátanos de la zona de Lita a 550 m.s.n.m. La microverticalidad es el secreto del país, una práctica de complementariedad de los diversos pisos ecológicos, según investigación de Frank Salomon. La Municipalidad de Pimampiro apuesta por estas manifestaciones de la cultura popular que nos enseñan que las fronteras no existen, como bien lo sabían nuestros abuelos andariegos.


Fotografía y texto: Juan Carlos Morales Mejía / Editorial Pegasus
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viernes, 1 de marzo de 2024

De paseo con bandolín




 
Esta fotografía de Ibarra, Ecuador, en el primer tercio del siglo XX, es un agasajo para los antropólogos. En primer término, por un dato marginal, sabemos que es el gremio de los carpinteros que va de paseo, junto a sus esposas e hijos, todos acicalados como si fuera domingo, con sombreros y los jóvenes con gorras. El otro punto, si el lector lo observa, es un pondo (vasija) de chicha, servido además en un pilche (recipiente hecho con media calabaza, que proporciona un sabor único).

La chicha de maíz es milenaria y aún es común en la provincia de Imbabura, como la jora o el yamor, aunque en Ibarra también es frecuente la de arroz con sus hierbas aromáticas. Se encuentran además los sabrosos choclos por lo que debe ser febrero o marzo y, a lado derecho, una botella acaso del famoso Mallorca, porque tiene etiqueta y era entonces habitual para ocasiones especiales.

El otro punto, además del cachorro indiscreto, está en los instrumentos musicales: dos guitarras y, a juzgar por los clavijeros, podría tratarse de una bandurria, un instrumento de 12 cuerdas emparentado con el laúd español y que, etimológicamente, proviene de pandura, literalmente Pandora, aquella del mito griego. Esta bandola andina, como se aprecia en la imagen aunque también puede tratarse de un bandolín de 15 cuerdas, está en armonía con un rondador que, junto a los pingullos, son auténticos aportes musicales de los pueblos originarios de nuestro país. ¿Qué música tocaban? Es probable que sanjuanitos.

En fin, los carpinteros en esta época eran hábiles en la fabricación desde mesas hasta los famosos armarios charolados, en arduas jornadas no exentas de tensiones con los clientes apurados. Claro, deben esperar, porque hoy el gremio está de paseo tomando una buena chicha fermentada y cantando para espantar a las desventuras.

Texto e investigación: Juan Carlos Morales Mejía. Muestra Ibarra: a inicios del siglo XX, fondo del Archivo del Municipio de Ibarra, exposición abierta en el museo Ministerio de Cultura, calles Sucre y Oviedo, Imbabura, Ecuador.
 
 
 
 

jueves, 29 de febrero de 2024

Paseo a Yahuarcocha / Ibarra, Ecuador



 
Un paseo obligado de las familias ibarreñas, en la segunda mitad del siglo XX, era ir a la laguna de Yahuarcocha, especialmente en la época de guabas. También existían canoas para navegar en sus entonces límpidas aguas. A veces, la tragedia también se instalaba en este espacio, como la ocasión que unos seminaristas perecieron. De allí se entiende esta parte del poema a la laguna de Carlos Suárez Veintimilla, testigo de primera línea: “Las totoras que saben / de ahogadas historias / y de leyendas naufragas...”

Esta fotografía de cacería de patos, como era usual en la época, pertenece a la exposición Ibarra: a inicios del siglo XX, del historiador y fotógrafo Juan Carlos Morales Mejía, que se exhibe en los corredores  del museo del Ministerio de Cultura, calles Sucre y Oviedo.

La imagen pertenece al fondo Rosales-Durán, prestigiosa y filantrópica familia ibarreña, con ancestros como Rosalía Rosales Félix, quien donó los terrenos para los lasallanos, o Rafael Rosales Félix, liberal y destacado ibarreño propulsor de la modernidad. Su nieta, Diana María Ávila Rosales comparte generosamente el álbum familiar de sus ancestros navegando en la laguna.

@pegasusecuador
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sábado, 24 de febrero de 2024

Poetas de América

 



A diferencia de un cuento, que podemos transmitir su argumento, la música es inasible. ¿Cómo podemos describir el tema Alturas, de Inti Illimani, en un atardecer con niebla en Imbabura? La música de mensaje o música protesta, la descubrí merced a mi hermano César. Por primera vez, ante nuestros ojos, podíamos oír ese portento que es Gracias a la vida, de Violeta Parra y nuestro destino Suramericano, bajo el influjo de las zampoñas y las ocarinas, de nuestros ancestros. Así, a los 23 años, ofrecí un concierto en el teatro Prometeo, en Quito, con temas inéditos bajo una clave: “Algún día los grillos espantarán trigales”, acaso recordando a la luchadora Dolores Cacuango.
 
Tras musicalizar a Borges, Whitman, Huidobro, Vallejo, Benedetti, o los ecuatorianos Dávila Andrade, Carrera Andrade, Preciado, la Alianza Francesa me propuso una gira por Ecuador, con la talentosa Véronique Pestel, quien ha musicalizado a poetas franceses. Junto a William Capelo, en los arreglos, y Carlos Gonzalón, recorrimos llevando la poesía de nuestra América. Ojalá algún día pueda grabar Violines de Peguche o terminar una canción para esta tierra de cóndores y alacranes. Claro, esta fotografía me increpa, pero los sueños siguen intactos por llevar la palabra de nuestros poetas a otros lares, después de todo sus textos también han sobrevivido una y mil penurias.
 
Juan Carlos Morales Mejía 
 
Aquí el tema musicalizado de Jorge Carreara Andrade, que también tiene una versión realizada a partir de esto por la Universidad San Francisco de Quito, por el centenario del poeta.
 
 
 

 

domingo, 16 de abril de 2023

Mitología de Ecuador



"Imagínese a un historiador que ha preferido investigar a duendes, montes telúricos, brujas, almas en pena, gigantes devorados en lagunas, pactos con el diablo, colibríes que entregan el fuego a los shuar, en lugar de las batallas, estatuas y medallas.

Juan Carlos Morales Mejía (Ibarra, 1967), realiza desde hace 25 años el proyecto Mitologías de Ecuador, para Editorial Pegasus, con la publicación de una decena de libros, videos, cantatas para devolverle a su país la otra historia, lejos de las ofrendas florales de los monumentos de bronce, porque las mitologías –llamadas también leyendas- siguen vivas en el Ecuador profundo.

Morales, magister en Cultura, viaja por los pequeños pueblos, investiga documentos, teoriza sobre la importancia del mito y dice que Ecuador, al ser tan diverso culturalmente, tiene muchos relatos para contar al mundo. Con más de 150 mitos escritos, desde la vertiente de la literatura, también ha logrado –con el concurso de varios pintores- recrear por primera ocasión, desde la rigurosidad académica, nuestros seres fantásticos. Ahora, junto con el ilustrador Roger Ycaza –y tras siete años de trabajo- está listo para devolver en una versión contemporánea el mito más conocido del país: Cantuña y los diablitos que levantaron el atrio de San Francisco, en la ciudad eterna de Quito. Un país sin memoria anda a tientas frente al acantilado, sentencia este autor que nos convoca otra vez a la hoguera para escuchar a nuestros ancestros."