martes, 25 de octubre de 2022

Investigación de Angochagua

 

 


Historia de Angochagua
 
Tras realizar el libro de los Caranquis, para la Universidad Técnica del Norte, con el aporte de valiosos investigadores, inicie el trabajo compilatorio de la Fiesta del Solsticio, para el Ministerio de Cultura de Ecuador, con la preocupación de que los orígenes de la fiesta, que son milenarios, estén comprometidos con una mirada cuzqueña del Inti Raymi –por lo demás declarado patrimonio cultural en Cuzco-, como una suerte de “invención de la tradición”, ya presente en mi tesis sobre estrategias de etnicidad.

Aunque el contrato era por tres meses, terminé fotografiando e investigando durante cinco años, descubriendo lugares espléndidos como Muchanajo Rumi (Las piedras que se besan), uno de mis sitios preferidos en Imbabura. Pero de manera especial encontré la calidez de ahora mi amigo Hernán Sandoval Andrango, su esposa Diocelina Churuchumbi, el compromiso social de su hija Fátima Sandoval y ese niño mágico que es Inti Mateo. Así que aquí está liberada la investigación, puesto que se trata de un documento público para que las nuevas generaciones no olviden su herencia Caranqui. 
 
La parroquia de Angochagua y sus comunidades son parte de una realidad innegable: tierra de los Caranquis, el antiguo señorío étnico que, como se menciona, habría tenido su capital precisamente en el lugar, no solamente por sus 148 tolas, sino porque la realidad actual muestra que, con una cultura cambiante, sus habitantes mantienen ese legado.Esta Consultoría contó con múltiples aportes, uno relevante fue realizado por la historiadora Guadalupe Soasti, en lo referente al contexto histórico de Angochagua, época colonial y republicana; Sofía Buitrón, como parte de su tesis, en las nuevas visiones, además de Emilia Tobar, como asistente de campo y en capítulos claves como gastronomía y fiestas. Además de la colaboración de Lady Hernández y Alex Acosta, como técnico turístico de Angochagua. Un agradecimiento especial a Hernán Sandoval Andrango, presidente entonces de la Junta, por su interés en conocer la historia de su terruño, además de los vocales que apoyaron esta iniciativa 

Le invito que descargue la Investigación de Angochagua
 








 


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lunes, 10 de octubre de 2022

Danzantes de Pujilí


En la casa del poeta Juan Carlos Morales Mejía habitan los danzantes de Pujilí, acaso la fiesta más vistosa de Ecuador en las Octavas del Cospus Christi, ahora convertida en un pastiche. Recuerdan a las figuras precolombinas de la cultura Jama Coaque (350-1532 de Nuestra Era), donde sobresalen las figuras de los chamanes, con sus animales sagrados como el jaguar. En el traje de 12 piezas –desde cascabeles a alfangues- destacan los espejos y sus plumas de colores. Se dice que el baile acompasado representa a un cóndor y está vinculado al agradecimiento a las cosechas, en la época de solsticio, una celebración milenaria anterior a la llegada de los incas e ibéricos.
 
En esta fotografía, con lente macro, se ha colocado de fondo una pintura llamada naif (ingenua) de Tigua, de Juan Luis Tituaña. Curioso, esa mismo “primitivismo” que buscaba Paul Gauguin en Tahití, es decir la ruptura de la perspectiva ideada en el Renacimiento. La fotografía en Ibarra, entonces, muestra la figurilla adquirida en La Victoria, Cotopaxi, bajo el esplendor del color andino de la pintura de Tigua, un Arte genuino lejos del canon oficial.

 

 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Una cucaracha llamada Kafka - Máquina Combinatoria



"Franz Kafka (Praga, Imperio austrohúngaro, 3 de julio de 1883-Kierling, Austria, 3 de junio de 1924) fue un escritor bohemio de origen judío que escribió en alemán. Su obra está considerada una de las más influyentes de la literatura universal y está llena de temas y arquetipos sobre la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia y transformaciones místicas, leemos en la red. Este, entonces, es un homenaje a su obra, siempre inquietante, donde se destaca La Metamorfosis, una alegoría a la siempre difícil vida de los escritores.

La literatura es misteriosa. En el siglo tercero antes de Nuestra Era vivió en China el filósofo de la escuela taoísta Chuang Tzu quien escribió el micro relato “Sueño de la mariposa”: “Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu”.

En 1907, en una casa de Praga en la calle Niklas, el oscuro funcionario Franz Kafka inicia su relato que originalmente se llamó La transformación: “Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto”. Pero el personaje de La Metamorfosis, erróneamente titulado, no es una mariposa sino un escarabajo, aunque a nosotros se nos figura una cucaracha (por cierto, los únicos animales capaces de sobrevivir a lo impensable).

Augusto Monterroso, en el libro La oveja negra y demás fábulas, de 1969, da una vuelta de tuerca para unir los dos relatos en “La cucaracha soñadora” escribe: “Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha”.

En una caricatura de Gerineldo de estos tiempos aparecen dos, digámoslo, asquerosos insectos blatodeos con antenas. El uno le lee un cuento agarrado con sus patitas: “Una mañana después de un sueño intranquilo se encontró sobre su cama convertido en un ser humano”. El otro insecto, que efectivamente está apoltronado, replica: “¡Qué horror!”.

¿Por qué no ver en La metamorfosis la puesta en la literatura de las condiciones mismas de la labor y el destino del “escritor” —como tipo social— en uno de los momentos álgidos de la civilización industrial y burocrática? Se pregunta Jordi Llovet en esta era de “capitalismo” y dizque progreso. Una sociedad que, en definitiva, desprecia al poeta.

Borges escribió en “Ein Traum”: “Lo sabían los tres. / Ella era la compañera de Kafka. / Kafka la había soñado…” El final es misterioso: “Kafka se dijo: / Ahora que se fueran los dos, he quedado solo. / Dejaré de soñarme”.

 

Publicado en Máquina Combinatoria  Una cucaracha llamada Kafka