jueves, 18 de septiembre de 2025

Mural Metro de Quito, Alameda - El libro, la última resistencia





"Tal vez al paso que vamos, debemos pensar que el libro es la auténtica resistencia, que leer es una manera de rebeldía."

Mural en pared del Metro de Quito, en la estación de la Alameda. 
Fotografía "Doña Charito" 

Revista Públicos - El libro, la última resistencia 

 


 

El libro, la última resistencia

 


 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Libro Historia de saberes




En los tiempos antiguos, en torno a la hoguera –en medio de la noche profunda- se escuchaba a los ancianos sabios. El mentor de una comunidad era un personaje de rostro arrugado o una mujer que estaba más allá de las envidias, personajes guiados por la generosidad de compartir saberes.
 
En Occidente –a diferencia de las prácticas milenarias de Oriente- hay un desprecio a la vejez y por este error quienes están en la cúspide del saber tienen que jubilarse. De otro lado, no conocemos los aportes de hombres y mujeres quienes –desde sus mínimas historias- transforman a una comunidad.
 
En Imbabura, al norte de Ecuador, estos casi anónimos personajes –que no buscan inmerecidos monumentos- son parte de la otra historia, lejos del poder y de la vanidad. Aquí están los perfiles de un apasionado de la música del terruño; un contador de su pueblo, dos mujeres que mantienen la cocina popular, un imaginero, un fotógrafo de manga, un luchador contra adversidades, un soñador de textiles ancestrales, el tierno bufón de su poblado, mujeres con coraje desde la música, aquellos que construyeron una fábrica y, por supuesto, un yachac de Peguche. Cada crónica –según el protagonista- tiene diverso estilo, así como la documentación de las imágenes.

Historia de Saberes / Imbabura, Juan Carlos Morales Mejía
Auspicio: Diego García Pozo, Prefecto de Imbabura, Editorial Pegasus, 2013
 
Libro liberado para descarga: Historia de Saberes
 
 
Referencia: 
 

miércoles, 27 de agosto de 2025

Libro Caranquis



Durante milenos, un pueblo al norte del actual Ecuador, en la provincia lacustre de Imbabura, armonizó su cultura con su deslumbrante geografía. Sus dioses eran los montes tutelares Taita Imbabura y Mama Cotacachi, y sus deidades en torno al agua la formaban sus múltiples cochas (lagunas), pogyos (vertientes), hatun yaku (ríos), paqchas (cascadas), a quienes reverenciaban, en tiempo de las cosechas del maíz, con la bebida de la chicha.
 
Los Caranquis, quienes florecieron del 1250 al 1550 de Nuestra Era, construyeron alrededor de 5.000 tolas y practicaron la reciprocidad a lo largo de sus límites que abarcaban desde el valle del Chota hasta Guayllabamba, además de que fortalecieron sus alianzas con otros pueblos como los quitus, pastos, manteños o los pueblos amazónicos. 
 
Santiago Ontaneda Luciano lo dice: “La particularidad del País Caranqui —y de la serranía ecuatoriana, en general— está vinculada a un fenómeno conocido como microverticalidad, que consiste en la sucesión próxima y continua de distintos pisos ecológicos, cada uno caracterizado por un sistema de producción propio”.
 
Esta obra es un compendio de destacados estudios en torno al señorío étnico de los Caranquis, en un momento de una fuerte incanización (que, por lo demás, únicamente tuvo una presencia de 13 años en la región norte durante su expansión) que incluye celebraciones como el llamado Inti Raymi que acá, durante el solsticio, no tiene un sentido militar sino comunitario. En los Caranquis está, gracias a su profundo conocimiento del territorio y el intercambio alcanzado entre diversos pueblos, la brújula para entender nuestro futuro.
 
Puede descargar el libro 
  
 
 
 
 

miércoles, 20 de agosto de 2025

El Cuartel de Ibarra

 

 




Ibarra, al norte de Ecuador, tiene edificios patrimoniales, de la época republicana, que deslumbran. Al frente del parque 9 de Octubre, más conocido como La Merced, se encuentra un construcción que evoca a las épocas medievales. Este espacio es el Centro Cultural El Cuartel un lugar que ahora alberga distintas exposiciones donde se destaca el llamado Salón Troya, con óleos enormes que representan la fundación de Ibarra, en su parte histórica y mítica, del mayor paisajista ecuatoriano de finales del XIX, el pintor ibarreño Rafael Troya Jaramillo.


Fue el mayor Joaquín Delgado, comandante del batallón Jaramijó Nº 8, quien comenzó la construcción de la obra en 1907, en el segundo mandato del liberal Eloy Alfaro, como parte de la inversión publica en contrapeso con las construcciones religiosas. Era la época de la arquitectura ecléctica (parte del neoclasicismo y romanticismo del siglo pasado aún presente) y José Domingo Albuja se inspiró en un castillo medieval, aunque sin las torres albarranas ni las fosas eso sí con los orificios para disparar las añoradas saetas.


Se inauguró en 1917 pero los trabajos continuaron. En su torre norte consta una fecha: 24 de mayo de 1927. Para 1930, el comandante Neptalí Rueda, adquirió por 200 sucres 400 molones tallados de piedra, presumiblemente de las canteras del río Tahuando.

Puede descargar el libro

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


Como referencia

2015 El artífice del Cuartel de Ibarra
2016 Conferencia sobre el Cuartel de Ibarra
2017 El Cuartel de Ibarra y el arte


Consulte Libros de Juan Carlos Morales Mejía

domingo, 27 de julio de 2025

El Riviel y el canoero, 2025/07/26



El Riviel y el canoero

"El hombre era apuesto. Por las noches, iba en su canoa para buscar parranda. Bailaba tan bien los ritmos de los andareles como, por supuesto, la famosa Caderona al son de la marimba. Era diestro para las décimas y no había quien le gane: “Aquí vengo vida mía / tan sólo es por pretenderte / mi gusto es tan solo verte / corazón de Alejandría”.

Con este verso cautivaba a las muchachas. Si se trataba de duelos de décimas era el mejor: “Un diablo se cayó abajo / y otro diablo lo botó / y otro diablo le contesta / ¿Cómo diablo se cayó?” Una noche regresaba en su canoa después de una algazara. El estuario estaba alborotado. Una ola, que provenía del mar, golpeó la frágil embarcación y el parrandero pereció en medio de un remolino.
A veces, cuando un bullanguero baja por el río, asoma un aparecido montado en una canoa, partida por la mitad (dicen que es el antiguo decimero). Es como ataúd envuelto por el haz de una vela encendida. En la popa va el hombre, confundido en su enorme sombrero.

El fiestero, entonces, debe dirigir inmediatamente su canoa a la orilla porque es el Riviel quien, como si fuera un faro infausto, lo guía hasta un remolino para que desaparezca en las aguas, de esta tierra de prodigios. Los pescadores que acuden a sus faenas no precisan de ningún rezo para ahuyentar al Riviel. Todos saben que el antiguo bailador protege a la gente del mar, para que tengan una buena faena.

Proyecto Mitologías de Ecuador, Editorial Pegasus, derechos reservados"

 

 

 

domingo, 6 de julio de 2025

Hablemos de Quito con Rodolfo Muñoz: ¿Quién fue realmente Cantuña?

"El investigador Juan Carlos Morales, autor de Cantuña y los mil diablillos, nos comparte los hallazgos de una investigación que le tomó tres décadas y que culmina en un libro fascinante, repleto de mitos… y verdades. "
 
 
 
 

 

viernes, 13 de junio de 2025

GAD Alangasí, Presentación de cuentos, leyendas y relatos, 2025/06/11

 


 

En el marco de los 164 años de parroquialización de Alangasí, esta mañana vivimos una jornada llena de imaginación, tradición y sabiduría oral junto a los estudiantes de la Unidad Educativa Manuel Cabeza de Vaca.
 
El Centro Cultural se llenó de magia con la presentación de cuentos, leyendas y relatos, a cargo del Mgs. Juan Carlos Morales Mejía, periodista, fotógrafo y artista multidisciplinario.
 
Entre los relatos destacados estuvo la legendaria historia de Cantuña y los mil diablillos, contada en forma de soneto y con toques de hip hop, además de otras leyendas como La caja ronca, Las brujas voladoras de Urcuquí, La viuda, y relatos sobre el nacimiento del fuego y sus simbolismos ancestrales.

Los estudiantes participaron con entusiasmo, realizaron preguntas y, al final... ¡ganaron libros!

 

lunes, 2 de junio de 2025

Inauguración de la muestra pictórica "Ancestral" de Diego Sierra

 



El viernes 30 de mayo, el mundo de las artes se enriqueció con la apertura de la esperada muestra pictórica titulada "Ancestral" del talentoso artista Diego Sierra. La inauguración tuvo lugar en la sala de exposiciones Rafael Troya, donde asistentes y amantes del arte pudieron apreciar una colección que celebra y honra las raíces culturales y la historia ancestral a través de la mirada única de Sierra.
La exposición presenta una serie de obras vibrantes y llenas de significado, que invitan a reflexionar sobre nuestras tradiciones y el legado de las generaciones pasadas. Diego Sierra, conocido por su estilo y su profunda conexión con la cultura, expresó su entusiasmo por compartir su visión con el público: "Esta muestra es un homenaje a nuestras raíces, a lo que nos define y nos conecta con nuestro pasado."
La exposición estará abierta al público hasta el próximo mes, ofreciendo una oportunidad única para explorar y apreciar la riqueza de nuestras tradiciones a través del arte.
¡No te pierdas la oportunidad de visitar la muestra pictórica "Ancestral" y sumergirte en un mundo de colores, historia y cultura!
 
 
 

jueves, 29 de mayo de 2025

Feria Internacional del Libro de Quito, 2025, del 4 al 8 de junio, en el Centro Cultural Itchimbía (acceso libre). Stand 74

Juan Carlos Morales Mejía, está en el Stand 74 de la Feria Internacional
 
 
 


 

 


 

 

 

 

 

Algunas obras de Juan Carlos Morales Mejía estarán disponibles para la venta y que duda cabe, obtenga un autógrafo

 
 
 
Los mitos siempre están en permanente cambio, más aún cuando son vistos por un historiador contemporáneo, sobre la eterna ciudad de Quito. Así, la primera versión de Cantuña y su pacto con el diablo de 1775, casi desconocida, fue escrita por el franciscano Juan de Santa Gertrudis (allí menciona el trato diabólico y un “derrotero” de un fabuloso tesoro); 14 años después, 1789, el jesuita Juan de Velasco, colocaría al mítico personaje buscando el tesoro de Atahualpa; para 1947, Luis Aníbal Sánchez, nos muestra la leyenda desde un sesgo hispanista, además de otros acercamientos…
 
Ahora, Juan Carlos Morales Mejía –especializado en mitología de Ecuador, con más de 150 relatos escritos- aporta con nuevas visiones e incluye al Cantuña histórico, aquel que construyó una capilla y era un próspero herrero y, además, encuentra los orígenes de la leyenda, más allá de los puentes medievales construidos por el diablo.
 
El libro de bolsillo, ilustrado por Roger Ycaza (existe una versión de lujo con todas las ilustraciones), es una propuesta histórica, matizada por la literatura, además de un análisis para desentrañar los secretos coloniales ocurridos en el atrio de San Francisco.

Estas obras estarán en el stand 74 de la Feria Internacional del Libro de Quito, 2025, del 4 al 8 de junio, en el Centro Cultural Itchimbía (acceso libre). 
 
 

Transporte gratuito desde El Ejido

"El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, informó que se habilitará un servicio de buses gratuitos que saldrán cada 30 minutos desde la estación del Metro de Quito en el parque El Ejido hacia el centro cultural. Durante el recorrido se realizarán actividades de mediación lectora, como parte del esfuerzo por incentivar la lectura en la ciudad."
 
 
Miércoles 4 de junio
 
 
 
Estudiantes Colegios
 
 



 

  

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Sr. Alcalde de Quito, Pabel Muñoz
 
 
 
Jueves 5 de junio
 
 

 
Viernes, 6 de junio
 


  
Sábado, 9 de junio
 
 
Domingo, 10 de junio
 


 
 
 
 
 
 
 

lunes, 12 de mayo de 2025

Presentación de libro El Caminos de Espejo, 2025/05/17


La Plataforma El Espejo que nos une invita Presentación de libro El Caminos de Espejo.


"Desde la profundidad de sus bibliotecas, los precursores e ilustrados quiteños batallaron con nuevas ideas contra el Antiguo Régimen colonial, a finales del siglo XVIII. No alcanzaron a ver a un país que surgiría en pocas décadas, con el nombre de una línea imaginaria.
 
Esta obra trata sobre Eugenio de Santa Cruz y Espejo y a través de él de su ciudad amada, Quito, y de quienes lo acompañaron en sus venturas y desventuras, donde las bibliotecas jugaron un papel importante para que esas ideas encendieran posteriormente las antorchas de la libertad americana conseguida en cruentas batallas, aunque el barroco –desde su edad de piedra- aún nos persigue. A Espejo, desde el inicio le dijeron de todo: “rencilloso, travieso, inquieto y subversivo”, además de “indio”, pero el “Duende” no era de su tiempo. Por eso aún nos increpa con su pensamiento luminoso: “Un día despertará la Patria”.

El camino de Espejo / Plataforma El Espejo que nos une (Sociedad de Egresados del Mejía, SEM, / Colectivo El Espejo libertario, Asociación de Bibliotecarios de Ecuador, entre otros); Iniciativa auspiciada por el Municipio de Quito, a través de la Secretaría de Cultura, con su línea de fomento a proyectos de Iniciativa Ciudadana

Juan Carlos Morales Mejía, editor/concepto/fotografías"
 

 


 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

Consulte Libros de Juan Carlos Morales Mejía 

jueves, 8 de mayo de 2025

Clase magistral sobre teoría del cuento literario, PUCE Ibarra, 2025/05/05

 


 
 
"Este martes 5 de mayo de 2025, tuvimos el honor de recibir en nuestra sede al destacado Mgs. Juan Carlos Morales Mejía, miembro de número de la Academia Nacional de Historia, Magíster en Estudios Latinoamericanos, periodista, fotógrafo y artista multidisciplinario.
 
Durante su visita, el profesor Morales ofreció una clase magistral sobre teoría del cuento literario, seguida de un inspirador taller de escritura de relato corto. El encuentro se realizó en el aula 2.2.6, como parte de la asignatura "Art Appreciation" de la carrera de Pedagogía de los Idiomas Nacionales, liderada por el Ph.D. Miguel A. Orosa.
 
La participación del Mgs. Morales fue recibida con entusiasmo y calurosos aplausos por parte de nuestros estudiantes, quienes vivieron una experiencia enriquecedora e inolvidable.
 
¡Aprendizaje innovador en la PUCE Ibarra!"
 
 
 

domingo, 16 de febrero de 2025

“Sueños en la montaña”, la música telúrica de Eduardo Florencia


 



Juan Carlos Morales Mejía
Escritor e historiador


Dos temas son recurrentes en la literatura: la historia de un personaje que se va y otro que –después de muchas desventuras- regresa. Es el caso de Ulises escuchando el ulular de las sirenas mientras añora a Ítaca, bajo el influjo del lienzo de Penélope; es Don Quijote volviendo derrotado sin el amor de Dulcinea, mientras queman su biblioteca llena de espíritus hechizados, es César Dávila Andrade cantando lejos de su tierra Catedral Salvaje.

En la música –ese arte inasible porque no podemos describir el argumento- estos temas también son eternos, por eso Borges en el poema Los Justos, que habla de las personas que se ignoran y salvan al mundo, escribe: “El que agradece que en la tierra haya música”; en otra parte recuerda que el crítico austríaco Hanslick escribió que la música es una lengua que podemos usar y entender, pero que no podemos traducir y que por eso todo arte aspira a la condición de la música, como señala Walter Pater porque “La melodía, o cualquier pieza musical, es una estructura de sonidos y pausas que se desarrolla en el tiempo, una estructura que, a mi parecer, no puede dividirse. La melodía es la estructura, y a la vez las emociones de las que surgió y las emociones que suscita”, sugiere el texto Pensamiento y poesía, de Jorge Luis Borges.

Es con estos dos argumentos que es posible acercarse a la obra Sueños en la montaña - Op. 135, de Eduardo Florencia (Guayaquil, Ecuador, 1985), un pasillo –el ritmo tradicional ecuatoriano declarado junto a sus textos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2021. Este neo pasillo con la impronta de un estudio para piano, es parte de un anhelo de Florencia de llevar a este ritmo, aún no conocido ampliamente, a dialogar con el mundo, de allí que se presentará en la babilónica Nueva York. El tema es además una música modal con contrapunto creativo y severo que –como se ha dicho en estas líneas- no es posible describir, aunque sabemos anecdóticamente que tiene un alto grado de dificultad para su ejecución.

Si juzgamos por el título de Sueños en la montaña - Op. 135, estaría en la mitad de la epopeya del héroe, quien siempre busca el encuentro consigo mismo bajo el esplendor de mirar al fin el paisaje porque siempre imaginamos a Zaratustra de Nietzsche encontrándose con el viejo sabio, con la certeza de los ídolos caídos o ese haiku del siglo XVII de Kobayashi Issa: “La lejana montaña / se destaca en los ojos / de la libélula”.

Pero el ritmo del pasillo, al igual que los volcanes telúricos de Ecuador que además son deidades, tiene una historia llena de resplandores. En una de sus épocas, llegó el nacionalismo musical con el propósito de recuperar lo vernáculo frente a lo visión europeizante bajo la luz del liberalismo, a inicios del siglo XX. Esto impulsaría a que la siguiente generación se abocara a darle al pasillo una característica identitaria, a la par que desde lo popular los músicos llevaran la poesía a otras lindes. Esto es vital, porque aunque el pasillo nació en los salones –se dice que Simón Bolívar, El Libertador, era un buen bailarín- pasó por la academia y lo popular y, en nuestros días, dialoga con otros ritmos, desde el jazz a la llamada música clásica, algo predecible en todas las músicas del orbe. Así, el pasillo se constituye en la música del desarraigo, de la añoranza; mientras que el pasacalle es una suerte de arraigo, del amor al terruño. Pero, como se sabe, los caminos del arte están en ruptura, aunque eso signifique –en un mundo de vértigo- volver a escuchar lo que nos decían los antiguos.

Eduardo Florencia también, en sus periplos musicales, tuvo que sortear geografías y éstas dejan su impronta. Acaso de su estudio profundo del piano, para esta obra en particular, la influencia de música clásica rusa esté presente: Serguéi Rachmaninoff, Aleksandr Skriabin o Nikolái Médtner (a veces, una sola línea de un poema ha tenido que viajar desde las figuradas y duras estepas que fueron las penurias de estos músicos nacidos en el siglo XIX hasta los páramos andinos, y ese periplo lo justifica). Por lo demás, los posrománticos rusos, de cierta manera, también padecieron la añoranza de un imperio que se desmoronaba, Rachmaninoff mismo era un aristócrata en decadencia y por eso mismo su música guarda ese último resplandor.

Sueños en la montaña - Op. 135 es una música que no trae la nostalgia, sino que desde su torbellino nos alienta a la reafirmación de este país de volcanes telúricos, algo que debió sentir, supongo, Alexander von Humboldt perdido en las nieblas del Chimborazo o ciertos párrafos del poema mayor Catedral Salvaje, de César Dávila Andrade: “Amauta poderoso / todo verdadera canción es un naufragio”. Porque así es la música, inasible y cada oyente le confiere sus propios símbolos. No es casual que Florencia, hace poco, estrenó el poema sinfónico “De frailejones y cóndores” - Op. 76, y que cuente entre sus maestros y amigo como es Gerardo Guevara quien nos legara la memorable pieza música El Espantapájaros. Ya vendrá para este joven Florencia, compositor residente de Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), nuevos desafíos en su viaje para desentrañar del país profundo para que el pasillo sea más cósmico. “Para hablar bien del Universo, solo precisas hablar bien de tu propia aldea”, sentenciaba León Tolstói.

Como dijo Schopenhauer, la música no es algo que se agrega al mundo; la música ya es un mundo, nos recuerda otra vez Borges, quien compuso letras para milongas en su poemario Para las seis cuerdas. De esas polifonías esta hecha la obra de Florencia, y precisamente su signo cosmopolita (no hay que olvidar a sus ancestros sefardíes) hace que sus pasillos puedan ser escuchados por quienes, como dice el poema, agradezcamos por la música. Con el tiempo, su música burlará a los aduaneros de la crítica cuando este mundo que nos ha tocado vivir asista a la disolución de las fronteras. 
 
 
 

 
 
"Concierto del 16 de febrero de 2025 con la Orquesta Sinfónica Académica de Tomsk Rusia. 
Transmisión y grabación audio y video por la Sociedad Filarmónica Estatal Regional de Tomsk."