lunes, 10 de octubre de 2022

Danzantes de Pujilí


En la casa del poeta Juan Carlos Morales Mejía habitan los danzantes de Pujilí, acaso la fiesta más vistosa de Ecuador en las Octavas del Cospus Christi, ahora convertida en un pastiche. Recuerdan a las figuras precolombinas de la cultura Jama Coaque (350-1532 de Nuestra Era), donde sobresalen las figuras de los chamanes, con sus animales sagrados como el jaguar. En el traje de 12 piezas –desde cascabeles a alfangues- destacan los espejos y sus plumas de colores. Se dice que el baile acompasado representa a un cóndor y está vinculado al agradecimiento a las cosechas, en la época de solsticio, una celebración milenaria anterior a la llegada de los incas e ibéricos.
 
En esta fotografía, con lente macro, se ha colocado de fondo una pintura llamada naif (ingenua) de Tigua, de Juan Luis Tituaña. Curioso, esa mismo “primitivismo” que buscaba Paul Gauguin en Tahití, es decir la ruptura de la perspectiva ideada en el Renacimiento. La fotografía en Ibarra, entonces, muestra la figurilla adquirida en La Victoria, Cotopaxi, bajo el esplendor del color andino de la pintura de Tigua, un Arte genuino lejos del canon oficial.

 

 

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