El
 humano actual regresa asombrado a escuchar las voces que le hablan del 
pasado. Tal es el caso de los aforismos chinos, con una cultura de 5.000
 años de antigüedad. Ha sido preciso retornar a la enseñanza de estos 
sabios para entender lo que nos ocurre en esta época de vértigo, plagada
 de libros de autoayuda.
Lo
 irónico del caso es que ha sido esa literatura que promueve el éxito en
 los negocios -el marketing- la que ha descubierto con asombro las 
enseñanzas de estos guerreros que se preparaban para las batallas, pero 
sin utilizar la fuerza sino la sutileza. Esas estrategias -como el caso 
de El arte de la guerra, de Sun Tzu- han sido descubiertas para un 
Occidente que siempre
 prefirió la guerra a la astucia, que siempre estuvo en su brújula la 
conquista y la exterminación antes que la armonía.
“Hundir
 el bote después de haber alcanzado la orilla”. El autor explica que se 
refiere a que en la vida se puede mirar hacia atrás, pero no
 retroceder.Habitualmente -escribe Chao-Hsiu Chen, en el 
libro Astucia sonriente- la vida se asemeja a un campo de batalla, y 
muchas cosas que conforman nuestra vida cotidiana desembocan en una 
auténtica lucha: “Para salir vencedor de una batalla no se requiere la 
fuerza, sino más bien se precisa de una estrategia sutil. Es 
precisamente esto lo que constituye el arte del combate y el secreto de 
la victoria”.
¿De
 qué nos habla este enigmático libro? De lograr el triunfo personal con 
inteligencia y sin confrontación. Aquí un aforismo: “Hundir el bote 
después de haber alcanzado la orilla”. El autor explica que se refiere a
 que en la vida se puede mirar hacia atrás, pero no retroceder. “Quien 
ha conseguido algo debe alegrarse por ello, pero no debe
 permanecer estancado en ese punto. Debe abrirse a cosas nuevas, con el 
fin de continuar desarrollándose. Pues quien no continúa su desarrollo 
no tendrá más metas. Y quien no conoce sus metas, en realidad ya no está
 vivo”.
“Renuncia
 a la silla de mano para salvar al rey”. Chao-Hsiu Chen refiere: “Hay 
situaciones en las que resulta necesario sacrificar algo valioso para 
salvar algo todavía más valioso. Pero para ello se precisa una decisión 
rápida y valerosa, aunque en ocasiones no sepamos bien qué es lo más 
valioso o no queremos desprendernos de aquello que resulta menos 
valioso”.
Una
 nueva
 sentencia: “No golpear sobre la hierba para ahuyentar a la serpiente”, 
que sería: “Si queremos alcanzar una meta, es mejor meditar sobre cada 
uno de los pasos que son necesarios para ello, en privado, de tal manera
 que nadie pueda conocer nuestras intenciones. Pues cuantas más personas
 averigüen cuáles son nuestros planes, corremos el riesgo de que  
peligren y fracasen ya en su fase de inicio”.
Queda un aforismo en el aire: “Mostrar las ciruelas para hacer olvidar la sed”.
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