domingo, 5 de enero de 2014

Refranes de Don Quijote

Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma (sic) experiencia, madre de las ciencias todas”, le decía, una tarde, Don Quijote a su escudero mientras cabalgaban por algún lugar de La Mancha. Nuestros abuelos aún llevaban en sus saberes esos dichos listos para cada ocasión: “A Dios rogando y con el mazo dando”, que en otras palabras quiere decir que una persona no puede esperar que un milagro llegue del cielo si no trabaja en la tierra.

Es tan profundo el peso del libro de Miguel de Cervantes que aún escuchamos hoy en día: “Para todo hay remedio, menos para la muerte” o el siempre oportuno “Cada oveja con su pareja”, pero también “Cuando a Roma fueres, haz como vieres”, para mostrarnos que en una tierra extraña debemos acoplarnos a sus costumbres.

Es tan profundo el peso del libro de Miguel de Cervantes que aún escuchamos hoy en día aforismos contenidos en su obra que no pierde vigencia.

Juan Manuel Sánchez Miguel y Jesús María Ruiz Villamor, de Ciudad Real, han escrito el libro Refranero popular manchego, y los refranes del Quijote. Aquí algunos: “En otras casas cuecen habas, y en la mía a calderadas”,  “Entre dos muelas cordales nunca pongas tus pulgares”, “Más sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajena”, “Cásame en hora mala, que más vale algo que nada”, “Más vale un «toma» que dos «te daré»”, “Vale más buena esperanza que ruin posesión”, “Vale más buena queja que mala paga”, “Tantas veces va el cántaro a la fuente, que quiebra el asa o la frente”, “Pagan a las veces justos por pecadores”, “Aunque la traición aplace, el traidor se aborrece”.

Muchos de los refranes –que son parte de la cultura popular– son dichos por Sancho Panza, hombre simple, porque la erudición es para Don Quijote, representante de los libros de caballería, de quien Cervantes se burla.

Los refranes esconden una sabiduría recogida por voces anónimas a lo largo de generaciones: “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Y en estos tiempos siempre hay que recordar al eterno travieso Cupido: “Un loco hace ciento y el amor hace mil”. Pero también los refranes nos enseñan la prudencia: “No hay que mentar nunca la soga en casa del ahorcado”.

Creo que una de las promesas para este 2014 será volver a las páginas donde el ‘Caballero de la Triste Figura’ batalla contra molinos de viento, se enamora otra vez de Dulcinea del Toboso, y donde el buen Sancho, a quien el hidalgo ha prometido una ínsula (una manzana de terreno) sigue cabalgando con su borrico. Para el lector que aún no ha leído este prodigio aún hay tiempo: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.

http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/refranes-de-don-quijote.html
 

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