miércoles, 22 de mayo de 2013

Carta a un novel escritor


Un escritor es como un mago, en lugar de sacar conejos del sombrero de copa, saca palabras y crea dragones, les digo a los niños y niñas quienes, en un taller de cuentos, me preguntan por el oficio de la escritura. Les hablo de mi libro preferido, “Las mil y una noches”, que me leía mi abuelo.
Les cuento del divino Homero y del perro Argos, que esperó durante 20 largos años por el regreso de su amo Ulises.
¿Cuáles son los secretos para ser escritor, pienso más tarde? Los consejos del norteamericano Ernest Hemingway, que ha legado una importante obra narrativa, son válidos. El autor de “Por quién doblan las campanas” (1940) o “El viejo y el mar” (1952) nos dejó algunas pistas:
UNO. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un inglés (vale leer “español”) vigoroso. Sé positivo, no negativo.
DOS. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como espléndido, grande, magnífico, suntuoso.
TRES. Nadie que tenga un cierto ingenio, que sienta y escriba con sinceridad acerca de las cosas que desea decir, puede escribir mal si se atiene a estas reglas.
CUATRO. Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte solo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.
CINCO. Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse solo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias...
SEIS. A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos.
SIETE. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal. Hasta aquí Hemingway. Como el asunto es peliagudo, la próxima semana consultaré a Borges.
 
 
 

1 comentario: