Mitología de Ecuador. de Juan Carlos Morales Mejía, Editorial Pegasus
“La Caja Ronca era una andanza de cucuruchos del averno con sonidos de cadenas, tambores y flautas trágicas. Mateo y Juan Alfonso no podían perderse. Fueron al Quiche callejón a regar una chacra a medianoche. Y lo vieron todo: subido en una carroza estaba el mismísimo Lucifer, a juzgar por su tridente y los enormes cuernos, mientras avanzaba un tumulto de pies descarnados llevando un ataúd. Un espectro entregó a los muchachos dos veladoras verdes, después todo se esfumó en la niebla”.
“La Caja Ronca era una andanza de cucuruchos del averno con sonidos de cadenas, tambores y flautas trágicas. Mateo y Juan Alfonso no podían perderse. Fueron al Quiche callejón a regar una chacra a medianoche. Y lo vieron todo: subido en una carroza estaba el mismísimo Lucifer, a juzgar por su tridente y los enormes cuernos, mientras avanzaba un tumulto de pies descarnados llevando un ataúd. Un espectro entregó a los muchachos dos veladoras verdes, después todo se esfumó en la niebla”.
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