“Era
inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de
los amores contrariados”, se lee al inicio de El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez.
Gibran Khalil Gibran hablaba de seguir al ave del amor aunque guarde la espada
que luego nos herirá.
Valentín
de Roma, antes de ser santo, casaba a los soldados con sus damas en la época de
Claudio II. Al ser apresado y antes de su decapitación, entregó a una mujer
joven y ciega un papelito. La zagala al abrirlo recobró milagrosamente la
visión para leer “Tu Valentín”, como una despedida. Ya que nos encontramos en
este día no hay que olvidar la mitología de Eros y Psique, quien en secreto
descubrió el rostro del niño travieso, pero juntos sortearon los celos de
Afrodita para vivir en el Panteón de los dioses.
Del
mundo clásico nos llega el diálogo de Aristófanes en El Banquete, escrito por Platón, cuando habla de los tiempos
antiguos cuando existían los humanos nacidos dobles hasta que Zeus decidió
cortarlos en dos mitades. Así que el amor sería el deseo de encontrar esa mitad
que nos falta (no hay que olvidar que también cita a los andróginos).
Acaso,
el poema judeocristiano más hermoso sea el Cantar
de los Cantares, de Salomón. Así dice la amante: “Ah, si me besaras con los
besos de tu boca… / ¡Grato en verdad es tu amor, más que el vino! / Grata es
también, de tus perfumes, la fragancia; / tú mismo eres bálsamo fragante”.
Siguiendo
la línea, encontramos en Borges: “Loado sea el amor en el que no hay poseedor
ni poseída, / pero los dos se entregan”, pero también en Los evangelios
apócrifos escribe: “Felices los amados y los amantes y los que pueden
prescindir del amor”.
Octavio
Paz exclamó: “El amor dura, lo que dura un suspiro: una eternidad”. Uno de los
pocos amores verdaderos era el que sentía Don Quijote por la idealizada
Dulcinea, y eso que leía libros de caballería y no de poesía. “En las tinieblas
/ lo que ronda mis ojos / es su sonrisa”, escribió Kobayashi Issa. Huidobro
sentenció: “Sin embargo te advierto que estamos cosidos / a la misma estrella”.
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