domingo, 10 de noviembre de 2024

El libro, la última resistencia







Mientras Don Quijote duerme, agotado de sus aventuras, el Cura pide a la Sobrina las llaves de la biblioteca, que ha vuelto loco al caballero andante. La Ama, quien pasa el hisopo y el agua bendita, propone quemar los más de cien cuerpos de libros, entre grandes y pequeños bajo un argumento: “-Tome vuestra merced, señor licenciado; rocíe este aposento, no esté aquí algún encantador de los muchos que tienen estos libros, y nos encante, en pena de que les queremos dar echándoles del mundo”.

La Sobrina insistía en que no se salvara a ninguno, incluso a los de poesía –que para el Cura y Barbero eran inocentes- porque según su razonamiento podía suceder que su tío sanándose de la enfermedad caballeresca podría convertirse en pastor y vagar por los bosques cantando y tañendo, suponemos un laúd… “y, lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza”. Así se lee en el capítulo VI.

Jorge Luis Borges habla del libro como una extensión de la memoria y de la imaginación, al igual que el arado o la espada es la extensión del brazo: “En esa conferencia, Emerson dice que una biblioteca es una especie de gabinete mágico. En ese gabinete están encantados los mejores espíritus de la humanidad, pero esperan nuestra palabra para salir de su mudez. Tenemos que abrir el libro, entonces ellos despiertan. Dice que podemos contar con la compañía de los mejores hombres que la humanidad ha producido, pero que no los buscamos y preferimos leer comentarios, críticas y no vamos a lo que ellos dicen”.

En otra parte, debido a que la primera cita proviene directamente de un Borges oral, señala con más precisión: “Creo que Emerson escribió en alguna parte que una biblioteca es una especie de caverna mágica llena de difuntos. Y estos difuntos pueden renacer, pueden ser devueltos a la vida cuando abrimos sus páginas”. Razón tenía el Ama, puede que cualquier momento, lanza en ristre, aparezca el Caballero de la Triste Figura.



Ilustración de Gustave Doré
https://www.instagram.com/p/DB6fE60JHeo/?igsh=ajMyMXNuNjUzM3Jt

jueves, 26 de septiembre de 2024

UPEC libro Fest - Narración oral, 2024/09/26

 

 




UPEC libro Fest


"La primera edición del “UPEC Libro Fest” está cerca, la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC) será el epicentro del encuentro más grande en la provincia del Carchi dedicado a la promoción de la lectura para niños y adolescentes. El evento se realizará del 26 al 28 de septiembre en diferentes escenarios del campus universitario, con la participación de importantes editoriales e invitados nacionales y del sur de Colombia.

El objetivo de este esfuerzo interinstitucional es ofrecer al público en general una alternativa gratuita de programación cultural, fomentar la lectura, escritura, fortalecer el diálogo y la actitud crítica de quienes habitan en la región. Se espera que Tulcán se posicione como una ciudad del conocimiento, en el que la UPEC será el centro de las actividades académicas y culturales.

El “UPEC Libro Fest” se ha planificado como un espacio incluyente que incorpora actividades diversas de interés general y que contará con una variada agenda de actividades que incluyen presentación de libros, muestras editoriales, exposiciones artísticas, conversatorios de diversas temáticas con autores nacionales y extranjeros, talleres de lectura dirigidos a colegios, exhibiciones y franjas formativas y pedagógicas...."



 
 
 
 


Memoria Fotográfica








domingo, 15 de septiembre de 2024

Ibarra, destino de mar; la Nueva Historia

 
 

 
 
Imagínese a una ciudad fundada como un puerto de tierra para encontrar el mar en 1606, entre el eje comercial de Bogotá-Quito. Imagínese una ciudad, cuyos territorios, fueron donados por la nieta del último inca, antiguo señorío de los Caranquis, quienes construyeron 5.000 tolas e hicieron del maíz y su montes tutelares parte de su cosmovisión. Imagínese a una ciudad destruida por un terremoto que renació de las cenizas, junto a su laguna de Yahuarcocha y sus garzas. Imagínese a una urbe con un clima primaveral y con un centro histórico republicano donde aún transita la mítica Caja Ronca, una procesión de penitentes con el mismísimo Lucifer.

Imagínese leer –en formato de micro-historias- las desventuras y venturas de San Miguel de Ibarra, al norte de Ecuador, provincia de Imbabura, donde su historiador y documentalista de imágenes Juan Carlos Morales Mejía (Ibarra, 1967) crea una historia lejos del poder y sus estatuas y más cercana a los imaginarios históricos. De allí que propone, además, una visión geopolítica para el futuro: no únicamente la senda al mar hacia el Océano Pacífico, algo que se frustró durante cuatro siglos, sino hacia el Atlántico, por la vía fluvial del inmenso Amazonas porque la Ruta de la Seda no se hizo en un día y el puerto peruano de Chancay pronto será una realidad. Este libro no es el único del tema, pero es memorable.



Libro de lujo formato 20x20, 34 fotografías, 80 páginas.

Distribución: Book Store (Laguna Mall y calles Bolívar y Pedro Moncayo)
https://www.instagram.com/p/C_yKH9zpOmo/?igsh=bW05Z2I5dHByNGdq
 
 

sábado, 14 de septiembre de 2024

jueves, 25 de julio de 2024

Cantuña, primer párrafo, 2024/07/23

Cantuña, primer párrafo




Cuando hace siete años inicié la escritura del mito de Cantuña tardé tanto en el primer párrafo porque, como se sabe, en éste se condensa el alma del relato. Allí están tensión, ritmo, profundidad, pero también un guiño a las obras maestras. No hay nada más memorable con la gran obra del Quijote de Miguel de Cervantes, del Caballero de la Triste Figura: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…” o el clásico “Había una vez…”, sin olvidar lo que la revista francesa Lire definió como el mejor inicio de novela: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía…”, de García Márquez.

Mi primer párrafo, así lo creí entonces, debía iniciar al estilo de Kafka con el sueño inquieto de Gregorio Samsa; además de un guiño a lo que sintió Rumiñahui al mirar las cenizas de Quito, en la obra Memorias del Fuego I, de Eduardo Galeano; las “montañas borrascosas”, como si emulara a Emily Brontë; y las “tres carabelas”, una frase genial que encontré en El otoño del patriarca, del mismo Gabo. Al fin, el relámpago era mío. Solo después comprendí que, de seguir así, no terminaría nunca. Aquí el primer párrafo en cuestión y en la publicación como en verdad inicia, porque –aunque no se crea- puse en armonía el relato con las magníficas ilustraciones de Roger Ycaza y sus diablillos.

“Cuando entreabrió los ojos, después de un sueño premonitorio, Francisco de Cantuña miró a la distancia las cenizas aún humeantes de Quito e imaginó que detrás de las montañas borrascosas emergían las tres carabelas. Otra vez, bramó el relámpago.

Hace poco, en Cajamarca se había oscurecido en la mitad del día”.

 
 

lunes, 22 de julio de 2024

Quito, las calles de su historia - Calle Venezuela




Calle Venezuela

De plata fueron hechas las lunas menguantes para los pies de las Vírgenes de madera. Los devotos iban a la calle de la Platería para pedir favores a sus santos a cambio de joyas o indulgencias que solicitaban los conquistadores cuando se hacían viejos, como perdón de sus pecados. Estos hombres de antiguas corazas acaso querían olvidar sus sangrientas masacres contra los indígenas.

Iban a las Capellanías a pagar misas para toda la eternidad porque sabían que las imágenes de madera eran benévolas con las almas atormentadas.

En 1613, el Alguacil Mayor de Quito, Don Diego Sánchez de la Carrera había llegado de allende el mar para decidir sobre la vida de los quiteños. Acaso, quisieron halagarlo y la calle se llamó De la Carrera.

En la misma calzada, Antonio José de Sucre, patriota venezolano, construyó su casa, con indicaciones que llegaban en cartas escritas en el fragor de las batallas de Independencia. Unas balas de la infamia lo asesinaron en Berruecos, pero nadie olvida que de Venezuela también llegó el ejército libertario de llaneros.


Quito: las calles de su historia. Juan Carlos Morales Mejía; Ramiro Jácome Perigüeza (ilustraciones), Trama, Quito, 2005
https://www.instagram.com/p/C9u3_iOpMrg/?igsh=aWd0dDBkOWQxaGhx