El
anuncio, ahora en aplazada ‘observación’, de permitir a los bares laborar hasta
las 4 de la madrugada y comprar licor el domingo, cuándo no, ya generó
reacciones. Como el caso de la Guerrilla de los naranjeros -como si se tratara
de la Revolución de las Alcabalas- el tema se destila, tal es la palabra, en
todo lado, incluidas las redes sociales.
Las
miradas moralistas saltaron a primera fila. Se trataría, según estas, de la
llegada irremediable de las fuerzas malignas contra los pobres habitantes de
nuestras franciscanas ciudades, en forma de borrachines. Los más sesudos
analistas nos hablan que hace seis años se creó “un cerco contra la libertad de
las personas” y, ahora, se preguntan, si no será una “farra del Buen Vivir”.
Están
las huestes de los chistosos, quienes envían divertidos mensajes recordándonos
que ya chumados qué importa el IVA. Si estuviéramos en los 90, los grafitis
harían de las suyas: ‘Chupa full, haz patria’, algo parecido cuando -desde su
mirada corrosiva- mostraban la realidad de este país, en manos de banqueros
corruptos y sus secuaces, que expulsaron a millones de compatriotas por la
crisis: ‘Haz patria, viaja a España’ (no hay que olvidar que esas remesas
salvaron la debacle).
Están
los videos que mezclan escenas de Don Ramón con la música interpretada por
Aladino, especialmente con el temita ‘Bohemio y bacán’: “Nací parrandero /
bohemio y galán / mi vida es alegre / yo soy bien bacán”. Curiosamente la
canción fue escrita por Alci Acosta que, aunque no se crea, no ingiere licor.
Lo bueno es que se olvidaron de otra canción emblemática, de Máximo Escaleras,
‘Chúpate la plata’.
Los
más académicos -mientras supongo apuran un coctel- me acaban de pasar una lista
de las nuevas materias de la supuesta Maestría en Gerencia Etílica, entre las
que se destacan Orígenes de la parranda o El alcohol y su función como
lubricante social, en el primer semestre y, para el quinto semestre, Excusas
familiares básicas y otras linduras. Digamos que esto es el aperitivo y, a
estas alturas, no conviene traer a colación a Nietzsche y la disputa entre el
espíritu apolíneo y dionisiaco. Peor evocar ‘El jardín de las delicias’ del
Bosco y, para nuestro caso, al padre Almeida que, descolgándose del Cristo
ensangrentado, se escabullía por las noches de un Quito que, curiosamente, aún
es provinciano, como el país mismo.
Como
todo, la peor forma de control, llámese marihuana o licor, es la prohibición.
Ahí está Al Capone, quien fue llevado a la cárcel por no pagar impuestos, para
recordarnos todo lo que generó la prohibición del alcohol en las tierras de
Rico McPato.
La discusión es larga y hay mucha presión en esta
sociedad mojigata. Parece que hay que volver a San Agustín y el libre albedrío,
pero también a la poesía como ‘Soneto al vino’, de Borges: “¿En qué reino, en
qué siglo, bajo qué silenciosa / conjunción de los astros, en qué secreto día /
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa / y singular idea de inventar
la alegría?”. No hay que olvidar la borrachera de Noé en el Arca ni el primer
milagro de Jesús. Ojalá no digan que este artículo incita al alcohol. ¡Salud!
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/chupa-full-haz-patria
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