León Tolstói nos recordaba que para hablar del
universo solo se precisaba hablar de nuestra aldea. Los recientes hechos
ocurridos en Ecuador así lo demuestran: un candidato y parte de sus seguidores
ante una derrota electoral se instalan en lo que ahora se ha llamado ‘hechos
alternativos’ como si fueran una realidad paralela (esto recuerda la teoría de
las supercuerdas formulada por Stephen Hawking, el genio más grande después de
Albert Einstein, quien por cierto está en silla de ruedas).
El término apareció cuando la vocera de Donald
Trump afirmó que el secretario de prensa de la Casa Blanca dio ‘hechos
alternativos’ cuando describió erróneamente a los asistentes a la toma de
posesión como “la más grande de todas”, como si se tratara del gobierno
mesiánico descrito por George Orwell en su famoso libro 1984.
Hay otra palabra. Se lee en el diccionario
libre: “Posverdad o mentira emotiva es un neologismo que describe la situación
en la cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos
tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias
personales”. Estos sucesos que son ignorados se resume como la idea en la que
“algo que aparenta ser verdad es más importante que la propia verdad”.
Sí, porque en este caso una dirigencia, a la
brava como se dice, cree que los resultados electorales deben ‘coincidir’ con
sus aspiraciones electorales, si no es ‘fraude’, que por cierto ya venía
cocinándose desde la primera vuelta. Esto -hay que decirlo- aupados por
encuestadoras y medios privados que construyeron esos ‘hechos alternativos’,
por hablar eufemísticamente. Y eso porque esa ‘desconexión’ con la realidad en
verdad ocultaría otros intereses.
¿Deberían estar los supuestos afectados frente
al CNE o subir por la calle Bosmediano y protestar contra quienes ciertamente
los engañaron? Porque la posverdad, aunque se trate también de una ficción
tiene sus consecuencias, porque inflaman las calles y, en definitiva, crean una
ilusión que se desvanece con el tiempo.
Así, la propia OEA -a quienes pretenden
denunciar- y decenas de presidentes de la región, de Evo a Macri, han aceptado
la verdad auténtica, esto es que Lenín Moreno es el nuevo Presidente de
Ecuador, junto a su binomio Jorge Glas.
¿Cómo salvarnos de esto? El diario El País, en
el artículo ‘Números contra la posverdad’, señala que las matemáticas son el
lenguaje de la ciencia y, en teoría, representan un antídoto ante los ‘hechos
alternativos’ (están allí los números palpables de las votaciones, aunque
muchos no estén de acuerdo).
Sin embargo, a veces las certezas tienen más
que ver con la fe que con la realidad, dice la publicación. “La misma eficacia
de las palabras para expresar la verdad las convierte en un medio óptimo para
la propagación de la mentira”.
Al final, los seguidores de la posverdad -donde
como la fe prima el dogmatismo- están más proclives a juntarse en torno a una
hoguera que entrelazar las manos para construir puentes hacia el futuro. (O)
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/posverdad-el-secreto-fuera-de-las-urnas
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