martes, 14 de enero de 2025

La Capilla de Cantuña, 2025/01/14





A veces, la mitología está basada en hechos reales, como el famosísimo pacto con el diablo, en la época colonial. Así, Francisco Cantuña Pillapaña, nació en Sangolquí, alrededor de 1629 y murió en 1701, que produjo múltiples versiones del mito más conocido del país.
 
Susan Webster señala: “El maestro herrero indígena Cantuña vivió una larga vida que combinó éxitos profesionales y devociones piadosas, con tragedias familiares. El Cantuña del siglo XVII era un renombrado maestro herrero y cerrajero quien llegó a poseer prestigio social, riquezas abundantes y extensos bienes muebles”.
 
Cantuña, quien vivía en las prestigiosas calles Chile y Mideros, fue benefactor de la capilla dedicada a la Virgen de los Dolores, en la parte sur de San Francisco, aunque antes se llamaba de la Vera Cruz de los Naturales, pero que afortunadamente el pueblo, en sus disputas de las nomenclaturas, terminó llamándola Capilla de Cantuña.
 
Sabemos por el testamento de 1699 que poseía dos casas de alto, con seis tiendas y trastiendas, en el barrio de La Merced entre otras propiedades, con un estimado de bienes por 6.000 pesos, una fortuna para la época donde un herrero promedio ganaba 90 pesos al año, es decir comparativamente 66 años aproximadamente de la vida de alguien del gremio.
 
En esta imagen en la capilla, el historiador Juan Carlos Morales Mejía, quien ha seguido la pista de este personaje y –al fin tras siete años- da por concluida una investigación que incluye el sitio donde falta la última piedra.
 
 
 
 

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