domingo, 17 de mayo de 2015

La rana misteriosa de Huaca



"La historia de un pueblo no son únicamente sus héroes y sus batallas. Hay una historia oral que aún sobrevive en las pequeñas comarcas, en las voces de los abuelos. Cuando viajamos por el país profundo -ahora que se habla de transitar por el país- es importante tomarse un tiempo para hablar con los mayores. Son ellos los depositarios de las leyendas que, si no las recuperamos, se perderán irremediablemente.

¿Por qué es importante la mitología? Porque responde las preguntas básicas de una comunidad: origen, existencia y destino. Malinowski señala que los mitos permiten expresar y realzar las creencias, y salvaguardar los preceptos de orden moral; gracias a ello la tradición adquiere mayor valor y prestigio, hasta lograr su fortaleza. Además, que permiten un acceso hacia lo eterno. “Permiten una evasión del tiempo real o la temporalidad existencial del ser humano con una realidad cruda y terrible: la muerte”.

“Los viejos y cultos europeos no han borrado su prehistoria de una plumada irrespetuosa por haber encontrado las tradiciones de su origen confundidas con la fábula. El sentido de la historia no tiene la rigidez de un proceso judicial, y sus métodos son deductivos, inductivos, de observación y de experiencia. No es el testimonio escrito lo que siempre se ha de exigir, sino que, en la naturaleza, en las capas terrestres y hasta en las convulsiones volcánicas, se han de rastrear los datos de la vida de un pueblo... nada hay tan respetable como la leyenda”, escribía, en el anterior siglo, Pío Jaramillo Alvarado. Aquí una de las leyendas de un pueblo del Carchi.

El pueblo de Huaca no fue el mismo desde que se tapó el pozo. Después del suceso vino una suerte de neblina que cubrió esta población de casas bajas, con zaguanes vistosos y ventanas mínimas. Algunos acudieron a mirar el daño, nunca encontraron los motivos, al poco tiempo, otra vertiente sustentó el apremio de los habitantes, quienes olvidaron el estanque que, con tanto esfuerzo y a base de mingas, habían construido sus mayores.

Una noche, mientras conversaban en un rellano de una antigua casa, se refirió un suceso. Había ocurrido, antes de la sequía de la alberca, para comprobar el caudal, alguien con una pala inspeccionaba el acueducto cuando descubrió una rana inmensa. Era del tamaño de medio quintal de papas,  dijo el hombre,  mientras señalaba con su mano esa altura.  El batracio tenía en su lomo curiosas formas de rombos y círculos y unos ojos descomunales que le obligaron a bajar la vista.

No fue el único. Unos labradores buscando una solución a la falta de agua, de la misma manera, encontraron a la gigantesca rana y aunque después la buscaron sus esfuerzos fueron inútiles. Desde ese día se dice que el pueblo es susceptible al embrujo del fantástico animal. Los abuelos y  abuelas afirman que cuando alguien encuentre a la rana y libere a Huaca del maleficio, seguro que otro gallo cantaría.

Entre tanto, las fiestas en honor de La Purita, como llaman a la imagen que representa a la Virgen María, duran un mes, en medio de hermosas vacas locas y los juegos pirotécnicos, llamados castillos. (O)"


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