Al
cantón imbabureño de Urcuquí, donde se construirá la Ciudad del
Conocimiento Yachay, acuden desde hace algunos meses investigadores para
develarnos cómo son los pueblos vecinos de este proyecto emblemático de
Ecuador (www.yachay.ec).
Poblaciones
como Pablo Arenas, Cahuasquí, Tumbabiro y el propio Urcuquí sacan sus
historias escondidas. El patrimonio inmaterial nos habla de brujas
voladoras en el triángulo de Mira-Pimampiro-Urcuquí, pero también de los
mechayas, una suerte de esferas escurridizas que cuando se las atrapa
se
convierten en bolsitas de oro. Se realizan estudios de las decenas de
tolas que los caranquis construyeron del 700 al 1500 de N.E., porque sus
límites comprendían desde el Valle del Chota hasta Guayllabamba.
Algunos de estos legados arqueológicos podrían convertirse en museos de
sitio.
Pero
también aparecen los relatos del país profundo: la larga disputa por el
agua. El historiador local Wilmo Recalde Zabala, en su estudio sobre la
Acequia Grande o de Caciques, refiere: “Constituyó un hecho histórico
en la vida de los
urcuquireños… Para 1729, la extorsión a los indios por la tierra había
llegado a su máxima expresión; la falta de irrigación del suelo
despojado alimentó la ambición de sus propietarios de las haciendas de
San José y San Vicente, de esta última el capitán Bailló procedió a
quitarles el agua de la única acequia existente, que era la de Caciques.
Los indios elevaron una queja a la Audiencia de Quito y lograron, para
1729, que les fueran devueltas las aguas, pero los hacendados siguieron
conservando las aguas por medio de la fuerza y del terror, donde los
enfrentamientos causaron muchas pérdidas humanas”.
Recién
para el año de 1921 un reducido grupo de urcuquireños, entre ellos Juan
Celio Salvador, Arsenio Cevallos, Manuel Félix, Abrahán e Isaías
Flores, se propusieron recuperar las aguas de la Acequia Grande o de
Caciques, arrebatadas por los terratenientes de las haciendas citadas.
“Una
madrugada, la población de Urcuquí fue regada por todo el caudal de
agua de la acequia; ante esta motivación, todos los pobladores
prometieron
defenderla. El conflicto se terminó parcialmente en diciembre de 1927
en la presidencia de Isidro Ayora, mediante un convenio en el cual se
entrega al pueblo de Urcuquí 84 pajas de agua (unidad de medida
utilizada en aquel tiempo)”, refiere Recalde.
Curiosamente,
ahora en los lugares donde antes se encontraban las haciendas se
construirá Yachay y eso nos devela otra realidad: el nulo compromiso de
ciertas élites -a lo largo de siglos de cuidar sus intereses- con un
proyecto llamado
Ecuador.
FOTO. Un niño recorre la calle en Cahuasquí, cantón Urcuquí.
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