Ecuador
no es solamente, como lo advirtieron los viajeros del siglo XIX, una tierra de
volcanes. Es curioso, a veces no advertimos una realidad: cada provincia de la
Sierra -debido a la presencia de las cordilleras Occidental y Oriental- tiene,
por así decirlo, su propio Mindo y su propio Baños de Agua Santa, en lo
referente a los pisos ecológicos ubicados en la ceja de montaña.
Van
unos pocos ejemplos. En Carchi está el sector de El Carmelo, solo para
mencionar una estribación; en Imbabura, la zona de Guallupe; y a 550 msnm,
Lita, Pichincha, Puerto Quito; en Cotopaxi se encuentra La Maná; Tungurahua,
más allá de Machay; Chimborazo tiene la espléndida Pallatanga; Bolívar, la
hermosísima Caluma; Azuay posee Ponce Enríquez, por un lado, y Sígsig, por el
otro en dirección a la Amazonía; Loja, que tiene altitudes de 2.500 msnm hasta
los 100, tiene muchos valles de clima cálido, como Catamayo o Vilcabamba.
En
otras palabras, la infinidad de cascadas, que nacen precisamente de las
montañas, o la exuberancia de la flora y fauna, son atractivos turísticos que
en contadas ocasiones son tomados en cuenta. Udo Oberem nos trae un dato que
poco advertimos. “La Sierra ecuatoriana tiene una extensión de 50 a 80
kilómetros de ancho por 650 kilómetros de longitud”.
Aquello,
lo que Oberem llamó la microverticalidad, fue aplicado para entender a los
antiguos señoríos étnicos que precisamente utilizaban los diversos pisos
ecológicos para comerciar entre hermanos. No se podría entender, por ejemplo,
la existencia de la fanesca sin las habas sobre los 3.000 msnm, el ají de la
ceja de montaña, en los 600, o el maní de la Costa.
Esto
pasa porque aún miramos el país de manera vertical y no horizontal; o creemos
que los únicos polos de desarrollo posible son las grandes metrópolis, esto es
Quito y Guayaquil, como si las provincias no existieran. Un tema pendiente:
Cañar e Imbabura aún no tienen carreteras para salir a la Amazonía. Desde
Ibarra a Lumbaquí se hacen 14 horas, pudiendo estar en 2 horas y media.
Y
faltan apenas 45 kilómetros. Los políticos deberían tomar nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario