Curiosamente, las últimas declaraciones de
Donald Trump –después de largarse contra los inmigrantes mexicanos, a quienes
acusó injustamente- fue nada menos que contra el Chapo Guzmán, el capo que
acaba de escaparse por un túnel, como en una película que tanto le gusta a
Hollywood. El despeinado Trump dijo: “El mayor traficante de México se escapa
de la cárcel. Increíble la corrupción y Estados Unidos está pagando el precio.
¡Se los dije!”
A lo que el Chapo le envió un mensaje en
twiter: “Sigue chingando y voy hacer que te tragues todas tus putas palabras
pinche guero cagaleche”. Ahí nomás, el magnate se refugió en el FBI. Este
altercado tiene varias aristas. Una que resulta intrigante es el morbo que
encierra estos hombres fuera de la ley, desde Al Capone a Vito Corleone, que en
la novela de Mario Puzo se revela literalmente un antisistema, porque decide
cruzar el umbral ante la falta de asistencia de la policía anglosajona. Por
eso, en los consejos que le da a su hijo Sony manifiesta: “Un abogado con su
maleta puede robar más que cien hombres armados”.
El otro tema es que parecería que en el
mundo latino, a diferencia del anglosajón, la noción del Estado es una
entelequia, algo irreal. ¿Para qué pagar impuestos al Estado si este, al final,
nos va a robar? Parece ser una premisa. De allí podría decirse que nuestros
“héroes” son los malos. Los que están fuera de ese orden, los que viven en el
caos. ¿No sigue Pablo Escobar haciendo millonarios a los productores de sus
series? Si seguimos esa línea hay que recordad que en Polvo y Ceniza, de
Eliécer Cárdenas, aparece Naún Briones, el bandolero. Pervive aún en tierras
manabas las hazañas de Moreira y el fantasma del Águila Quiteña anda suelto husmeando
por las Flores del Califa.
Borges, en un artículo de 1946 señala que
el argentino no se identifica con el Estado porque es “una inconcebible
abstracción, porque lo cierto que el argentino es un individuo no un
ciudadano”. Por eso asegura: “Aforismos como el de Hegel “El Estado es la
realidad de la idea moral” le parecen bromas siniestras”. No hay que olvidar
que el “héroe” de la literatura gaucha es Martín Fierro. De niño, recuerdo,
escuchaba las aventuras de Chucho El Roto, una suerte de Robin Hood pero
mexicano. Borges, siempre polémico, no refirió al asaltante de los bosques
medievales de Nottingham, ni mentó a Fantômas, de Marcel Allain.
¿Pero qué dice el Chapo?. Basta algunas
perlas encontradas en su cuenta de las redes: “Con dinero baila el perro y eso
ya lo tengo comprobado”, “Cuando somos buenos nadie nos recuerda, cuando somos
malos nadie nos olvida”, “No presuman delante del pobre, no son buenas las
humillaciones”, “Uno no sufre por amor, uno sufre por pendejo”. Está colgada,
además, esta máxima: “Si haces un favor nunca lo recuerdes… si lo recibes nunca
lo olvides”. Indagando, pertenece a Quilón que decía: “Si confieres un
beneficio, nunca lo recuerdes; si lo recibes, nunca lo olvides”. Bueno, Quilón
de Esparta era uno de los siete sabios de Grecia, de hace 2400 años. Y ahora,
qué dirá Mr. Trump que se olvidó de la fuga de Alcatraz. Seguro, hay villanos
de lado y lado.
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