"Los
íconos considerados como los referentes simbólicos de un pueblo o ciudad se dan
a partir de un largo proceso de validación de la ciudadanía, debido a que
pueden ser de diversas índoles, como es el caso de Ibarra, que cuenta con una
diversa gama.
Ibarra.
Los
íconos considerados como los referentes simbólicos de un pueblo o ciudad se dan
a partir de un largo proceso de validación de la ciudadanía, debido a que
pueden ser de diversas índoles, como es el caso de Ibarra, que cuenta con una
diversa gama.
El historiador y escritor Juan Carlos Morales fue el encargado del estudio e investigación que dieron como resultado algunos íconos que caracterizan al cantón. Sin embargo, en la primera entrega del estudio se presentan siete de los más representativos.
Proyecto
El
material impreso, que será entregado en próximas semanas, también cuenta con
video y fotografías que podrán serán liberados en la página Web de turismo de
Ibarra, www.turibarra.gob.ec
“La idea es vender a Ibarra como gastronomía, patrimonio y diversidad cultural, que se maneja en las parroquias que conforman el cantón, y presentarnos como un destino turístico diferente”, explicó Ana Gabriela Merizalde, directora del departamento de turismo del Municipio. Además, comentó que el proyecto, que se ha trabajado desde el año pasado, será promocionado a nivel nacional e internacional.
Siete íconos
Uno
de los principales retos habría sido sintetizar cuáles son los imaginarios
turísticos principales. “Habría una segunda parte porque algunos quedaron
fuera, como Caranqui, los parques o íconos alternativos”, comentó Morales,
quien dentro de su macro proyecto cuenta con 20 íconos. (HOKC)
1. Esquina del Coco
La Esquina del Coco es un ícono de la refundación de Ibarra, en el siglo XIX. Ahora ostenta una pequeña plazoleta, que incluye una escultura del entonces presidente Gabriel García Moreno, artífice de la reconstrucción de la urbe en 1872. El cocotero (Cocos nucifera), es una especie de palmeras de la familia Arecaceae. Aunque puede crecer hasta unos 30 metros, los cocoteros en Ibarra, de los cuales hay muchos, tienen sus cocos más pequeños, debido al clima.
La Esquina del Coco es un ícono de la refundación de Ibarra, en el siglo XIX. Ahora ostenta una pequeña plazoleta, que incluye una escultura del entonces presidente Gabriel García Moreno, artífice de la reconstrucción de la urbe en 1872. El cocotero (Cocos nucifera), es una especie de palmeras de la familia Arecaceae. Aunque puede crecer hasta unos 30 metros, los cocoteros en Ibarra, de los cuales hay muchos, tienen sus cocos más pequeños, debido al clima.
2. Turismo gastronómico
La gastronomía de Ibarra es privilegiada. La urbe, al estar asentada en los
2.205 m.s.n.m. tiene el influjo de las montañas (habas, mellocos, papas, sobre
los 3.000 m.s.n..m.); pero también los valles cálidos, como el del Chota (yuca,
fréjol, plátanos, sobre los 1.500 m.s.n.m.), o incluso más abajo, sobre los 650
m.s.n.m., como Lita, de donde provienen la papaya, pero también la deliciosa
guanábana para los helados de paila.
Ibarra fue devastada por el terremoto de 1868. La urbe fue reconstruida en 1872, y fue tal la magnitud de la obra pública que, según refiere Peter Henderson, catapultó al presidente de entonces, Gabriel García Moreno, quien decretó el retorno de los 550 sobrevivientes. Su Centro Histórico Republicano, declarado Patrimonio Cultural del Estado en 1983, posee edificaciones e inmuebles que evocan estilos europeos desde lo ecléctico, neoclásico e historicista
Para los caranquis, señorío étnico que floreció del año 1250 al 1500, aproximadamente, las lagunas eran parte de sus deidades porque estaban relacionadas con el agua. Según Waldemar Espinoza Soriano este antiguo espejo de agua se llamaba Cocha Caranqui (Laguna de los caranquis).
5. El Torreón
Con la modernidad, los ibarreños querían su propio teatro de la ópera, por lo
que decidieron contratar al mejor arquitecto de aquel entonces, el alemán
Francisco Schmidt, quien construyó el Teatro Sucre de Quito, de estilo
neoclásico con frontispicio inspirado en el Partenón griego, por pedido de la
culta Marieta de Veintimilla, sobrina de Ignacio de Veintimilla, el dictador de
finales del siglo XIX. Sin embargo, debido a la construcción de la Gobernación,
el Hospital y la Cárcel, el teatro quedó en un sueño inconcluso.
6. El tren: sueño de mar
Los ibarreños tuvieron que esperar hasta el 16 de agosto de 1957 para por fin
poder inaugurar la ruta al mar, en medio de una algarabía que llevó incluso a
Abelardo Morán a confeccionar una suerte de mascarón de proa en forma de ángel
para colocar en la reluciente locomotora de vapor.
7. San Juan Calle y El Alpargate
En kichwa se escribe: Yacu calle, que significa La calle del agua; así, San Juan Calle es una designación del español, pero desde la cosmovisión indígena. Esto sucede porque en el lugar existía un antigua pacarina, es decir un lugar sagrado vinculado con el agua.
Fotografías. Juan Carlos Morales."
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