domingo, 24 de noviembre de 2013

El gallito de la Catedral

Dos libros fundamentales están atribuidos al divino Homero -algunos dicen que era un rapsoda ciego-, La Ilíada y La Odisea. El primero inicia así: “Diosa, canta del pelida Aquiles la cólera desastrosa que asoló con infinitos males a los griegos y sumió a la mansión de Hades a tantas fuertes almas de héroes que sirvieron de pasto a los perros y a todas las aves de rapiña”.
El segundo, que prefiero, relata las asombrosas aventuras de Ulises, quien no podía volver a la amada Ítaca, bajo la maldición de Poseidón: “Musa, dime del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado el alcázar sagrado de Troya, conoció las ciudades y el genio de innúmeras gentes”. La Ilíada es un libro de guerras, de traiciones, de embustes de un prodigioso caballo; el otro, en cambio, nos muestra a los cíclopes y a las sirenas. El uno muestra las historias de las batallas y su épica, el otro de la mitología y sus seres fantásticos.
Son diferentes miradas desde la época de los griegos, con un Platón que defendía el mito ante un Aristóteles que profesaba la razón. Y esta razón pura -a lo Kant- ha sido declarada como valor absoluto de la cultura de Occidente. Por eso los relatos de los abuelos y abuelas pasaron a ser una superchería porque el mito dejó de ser considerado como una revelación de los dioses.
Habría que esperar que llegaran otras ciencias -como la etnología- para que estas sabidurías guardadas de manera oral salieran a mostrar sus encantos. Para Lévy-Strauss los mitos son una expresión de una lógica impecable, propia de una forma de pensar distinta al racionalismo moderno, presente en culturas que tienen una lógica distinta a la lógica formal.
Esto a propósito de la IX edición del festival ‘Ecuador: tierra de leyendas’, que acaba de realizarse por iniciativa del Pensionado Universitario y el aval del Municipio de Quito, que ha declarado a noviembre como el mes de los mitos. De hecho, los colegios participantes: María Auxiliadora, Academia Militar del Valle, Ángel Polibio Chávez, Ludoteca, Franz Schubert y los anfitriones -quienes realizaron versiones en video y en inglés- recibieron una estatuilla del famoso gallito de la Catedral.
Se presentaron ‘El Uñaguille’, ‘Los shuar y la yuca’, ‘El castillo del gringo loco’, ‘Zhiro’, ‘El árbol de guayaba de Galápagos’ y ‘Las brujas de Urcuquí’. Ojalá, algún día, la historia de nuestro país tenga más de mitología que de trajes de generales. Eso solo será posible si la mitología de Ecuador entra como materia indispensable, tan válida como el período liberal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario